Como sabes si no te ven, no te conocen y por lo tanto no te compran. Por este motivo tan básico es por el que debes de tener la publicidad siempre presente como parte de tu estrategia y tu plan de negocio. Y que duda cabe que quien más invierte, más visible y reconocido es, y por tanto es quien más ganas aunque no tenga el mejor producto o servicio.

Ahora bien, como en todo, no todo sirve y funciona en publicidad: lo que para una empresa resulta ser una fórmula infalible para otra puede ser el peor de sus fracasos. Por eso no se puede aplicar el mismo tipo de marketing para todo.

Además los tiempos han cambiado y los clientes y sus comportamientos también. Antes el conocido como marketing de interrupción, el de los anuncios en mita de tu peli favorita, podría funcionar, sin embargo ahora es todo lo contrario porque estás imponiéndote delante de los usuarios e incluso puedes llegar a generar rechazo.

Aquí es donde entra el juego el conocimiento profundo del cliente y las técnicas de neuromarketing: debemos hacer publicidad pensando en los clientes. Pero no debemos situarnos en frente diciendo “aquí estoy”, sino desde el permiso y la aceptación, para que nos dejen entrar en su espacio y ganarnos su confianza. Los mejores expertos son los que son capaces de crear anuncios de la manera más adecuada y en el momento preciso para que el cliente no lo considere como una interrupción si no como una ayuda.

Actualmente, las redes sociales se han convertido en la gran oportunidad para las empresas para posicionarse y la captar clientes. Pero no hay que olvidar que todos nosotros estamos en las redes sociales para socializar y encontrarnos, no para comprar. Esta es la clave.

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